Columna de Eduardo Salazar: «Y Limache tuvo festival»

Después de haber sido suspendido por los incendios en 3 ciudades de la región, se pudo realizar la XVIII versión del festival Limache vive el folklore, el cual tuvo un marco de público desbordante las dos jornadas de este fin de semana.

La parrilla de artistas cumplió con las expectativas para todos los gustos del público en donde destacaron Miriam Hernández, Américo y Bombo Fica. La animación de Eduardo Fuentes fue impecable, sorteando los baches que se producen entre los artistas que se presentan.

En cuanto a Miriam Hernández presentó un show de alto nivel en donde mostró sus nuevos éxitos como “Con los cinco sentidos” y con todos sus éxitos con nuevos arreglos musicales de muy buena factura. Además, incorporó tres instrumentistas y coros femeninas que interactuaron en algunos de sus temas, esta vez su voz estuvo impecable. Américo por su parte demostró que está por sobre los grupos que cultivan la cumbia y otras fusiones urbanas, con una banda muy afiatada y con sonido internacional, sin duda una figura exportable al igual que Miriam Hernández, bien por la música chilena.

En el humor Bombo Fica ratifica que sigue siendo uno de los mejores comediantes del país, con una rutina que mezcla situaciones de la vida cotidiana y con un manejo de los tiempos que le dan los años de trayectoria. Pamela Leiva, con un estilo de humor stand up comedy es para una sala pequeña, pero igual entusiasmó al público.

La competencia que es el motor del festival, presentó temas interesantes en donde destacaron la cueca Dos notas de oro, Pedro canto de agua clara (homenaje a pedro Messone) y el justo ganador Pequeño nativo de buena letra, melodía e interpretación. Bien el jurado conformado por personas que están en la música.

La organización del festival tiene varias falencias como: la orquesta mal ubicada y con un sonido deficiente que mejoró en la segunda jornada, además no tienen un toldo que los proteja, pero lo más indignante son las condiciones en donde los ubican y son atendidos, en donde no hay sillas suficientes para su descanso y el catering paupérrimo en donde ellos debieron financiar su atención, una vergüenza. También la prensa no tuvo muchas facilidades para hacer su trabajo y poniendo trabas para realizar notas con algunos artistas, además la carpa en donde los ubicaron carecía de sillas suficientes y tampoco un servicio de té o café para pasar las dos noches. Son cosas mínimas que debe considerar la organización para hacer de este festival un certamen de calidad, ya que son los medios de comunicación que, con su difusión en varias plataformas, ponen en valor el festival, la ciudad y el turismo.