Columna de Eduardo Salazar: «Un Festival de Olmué más de dulce que agraz»

Ha concluido la 53 versión del festival de Olmué y es bueno hacer un repaso de lo acontecido en el Patagual.

Las oberturas fueron variadas con homenajes a los artistas que han sido parte del show y también los que han partido. Hubo cuadros folklóricos huaso y muestra de nuestro baile nacional. Además, se presentaron el grupo ganador del año anterior Ankaly y el conjunto de Maihuen de Los Ángeles expositores de la cueca tradicional. Sin duda esto sostiene al festival para que sea folklórico.

Los primeros estelares de cada jornada fueron bien elegidos para abrir el programa, salvo el conjunto de cumbia villera y de letras rupestres Damas Gratis debió ir en el segundo estelar porque su propuesta musical es inferior en calidad en lo vocal (especialmente la vocalista que parecía sacada de un festival escolar) y su puesta escénica no era superior al grupo chileno Tomo como Rey. Excelente fueron los shows de L. Pereyra y D. Rosenthal. Nota sobresaliente merece el Puma Rodríguez que mostró todo su oficio de actor y cantante muy bien acompañado por la banda dirigida por N. Bobar, incluso haciendo un par de temas antiguos en ritmo de reggae, sin duda un grande.

Los humoristas, al menos 3 de ellos debutaron en festivales masivos y televisados y pasaron la prueba sin deslumbrar. En cambio, Cebolla y Bodoque que fueron el peak de sintonía del evento mostraron su oficio después de tantos años con el grupo Fusión Humor. Valga una reflexión, los contenidos de sus rutinas de los que se presentaron deben revisarse en su vocabulario porque este es un festival familiar, a veces un garabato de más no es necesario para terminar un chiste.

En cuanto a los segundos estelares, Princesa Alba cumplió las expectativas, el grupo pop noventero Glup revivió sus temas íconos y los nuevos. El punto bajo fue la mala interpretación del tema de los Prisioneros Estrechez de corazón, Miguel Tapia no canta y eso se notó, debió solo tocar la batería y hacer coro, por último. En cambio, los cumbieros Tomo como Rey fueron a la segura con dos invitados probados como A. Forch y Tommy Rey, haciendo un show de calidad. Mención aparte fue el espectáculo al cierre presentado por Inti Illimani con la Orquesta Huambaly en donde fusionaron sus propuestas dándole un valor agregado. Gran espectáculo.

Mención aparte constituye la competencia de canciones en donde hubo solo 4 conjuntos que fueron acertadamente escogidos por el jurado de sala para premiar. Los otros 4 temas no clasificados para la final no estuvieron a la altura de un festival como este ya sea por tener melodías simples, letras sin mayor contenido e interpretaciones débiles o con arreglos orquestales no apropiados para el estilo. El tema ganador con el conjunto Los Mensajeros, mostraron a un grupo que tiene carrete en festivales y eso le da un plus en la interpretación y puesta en escena. Justo ganador.

En resumen, un festival que como todo evento en vivo tiene algunos ripios como no cumplir con la programación, cortar la competencia para ir a comerciales, sin embargo, no opaca lo positivo que tiene para el turismo, espacios para músicos y un sinfín de oportunidades laborales que rodea esta fiesta.